Tomás Cárdenas Fincheira, académico Diseño Industrial: “Nuestra enseñanza apunta a la innovación”

Autor: PEDRO BERHO F|
Con más de tres décadas como académico del Departamento de Diseño UTEM, el también Doctor en Diseño Industrial comparte su mirada sobre cómo la disciplina ofrece respuestas a los requerimientos sociales actuales. Además, reflexiona sobre cómo las universidades juegan un rol clave en la formación de profesionales adaptados a las exigencias modernas.

Tecnología, sustentabilidad, eficiencia, rentabilidad e innovación, son algunos de los ejes fundamentales que Tomás Cárdenas Fincheira, académico de la carrera de Diseño Industrial UTEM, asegura como fundamentales en la actualización y modernización de la disciplina del diseño en nuestro país.

Para el académico, quien forma parte del cuerpo docente encargado de las asignaturas de taller de la carrera, las universidades cumplen con un papel fundamental en materia de investigación, infraestructura, y metodologías para la enseñanza, en vistas de la permanente actualización y modernización global.

El también investigador, especializado en las líneas de diseño considerando el medioambiente, asegura que tanto a nivel curricular como profesional, las instituciones de educación superior deben estar en la vanguardia del cambio de paradigma, y enfatiza que la formación profesional ofrecida en la UTEM busca innovar tanto en materia teórica, como práctica.

¿Cómo la disciplina del Diseño aporta en el desarrollo de respuestas a las problemáticas habitacionales?

– Hoy en día el diseño está siendo un tremendo aporte en dar respuesta a diferentes necesidades. Nuestra disciplina se puede encontrar en la cotidianidad, en el diario vivir, ya sea en el trabajo, el esparcimiento, el habitar en casa, en todas partes. Desde nuestra Escuela de Diseño nos enfocamos mucho en el ámbito del hogar, en el ámbito habitacional, ya sea interior o exterior, porque es lo que tenemos más cerca, y a los/as estudiantes les es más fácil analizar y generar propuestas en esta temática, y también porque es una problemática generalizada en nuestro país.

En este sentido, nuestra enseñanza en la Escuela de Diseño apunta a la innovación, poniendo sus esfuerzos en buscar soluciones novedosas y tecnológicas, con menos uso de materiales y menos usos productivos, o sea, con una visión sustentable medioambientalmente. Lo anterior se debe -principalmente- a que hoy en día estamos frente a crisis económicas, ambientales, sociales, entre otras, por lo que debemos pensar en productos con costos accesibles y con alta rentabilidad.

¿Cómo las universidades contribuyen a mejorar este escenario?

– Bueno, en primer lugar poniendo su infraestructura a disposición para que tanto las y los estudiantes como las académicas y los académicos puedan investigar, desarrollar proyectos y también vincularse con el entorno de una manera directa y efectiva. Asimismo, la universidad tiene el rol de ofrecer todo el repertorio teórico metodológico de las disciplinas y áreas de estudio que se desarrollan en las instituciones de educación superior.

De esta manera, se debe contar con profesionales capacitados no solo para enseñar, sino que también para ir adaptándose a los nuevos escenarios y circunstancias que priman en la sociedad y en el mundo. Hoy en día estamos en tiempos muy cambiantes, veloces e inciertos, por lo que la universidad y su cuerpo docente debe tener la facultad de relacionarse con esas variables y poder trabajar desde los nuevos paradigmas.

¿Cómo la UTEM y la Escuela de Diseño se adaptan a estos desafíos?

– La carrera de Diseño y Arquitectura de la UTEM han sido las que siempre han buscado ser innovadoras, en términos de las metodologías y las líneas formativas y de investigación. Esta iniciativa ha sido el pie para que otras carreras de nuestra universidad adapten y actualicen su estructura de enseñanza hacia lo que conocemos como “A+S”, que quiere decir Aprendizaje más Servicio.

Esta metodología de enseñanza busca vincular los contenidos curriculares de las asignaturas con el desarrollo de un servicio en un entorno real, con el objetivo de promover el desarrollo local de las comunidades o espacios donde se realiza el servicio. Esta forma de aprendizaje nace en nuestra carrera, en nuestra disciplina, porque es una de las pocas que pueden permitirse realmente ofrecer un servicio real y tangible, a partir de un determinado grupo de estudiantes y profesores, hacia la sociedad.

Entonces, esta es una metodología importante que aplicamos desde los cursos iniciales hasta los superiores, pero por otro lado, también estamos implementando las metodologías de enseñanza del diseño modernas y actuales, como lo es el diseño UX o diseño de experiencia de usuario, y todo el desarrollo de la línea de tecnologías sustentables para la innovación, como el trabajo con madera y productos reutilizados.

¿Cómo ha sido la experiencia de llevar este tipo de propuestas y trabajos a espacios de competencias como Corma 21?

– Nos mueve eso, nos gusta y nos moviliza el hecho de medir a los estudiantes con sus pares de otros lados, ha sido siempre algo histórico en nuestra Escuela de Diseño. Si bien es normal que exista cierto temor a perder, lo importante es competir, mostrarse y que los estudiantes se den cuenta que están en un buen nivel, que sus profesores no son ni mejores ni peores que en otros lados.

Si bien no es una obligación, muchos llevamos dentro del espíritu académico el tratar no sólo de competir, sino que también de mostrar el trabajo que se hace en nuestra escuela y universidad en otras latitudes, permitir que los/as estudiantes presenten sus proyectos y productos, al mismo tiempo que conozcan lo que hacen sus pares.

La experiencia, en todo caso, ha sido altamente satisfactoria: este año, por ejemplo, la UTEM fue seleccionada con diferentes propuestas para el concurso Corma 21, uno de los más importantes a nivel nacional. De esta manera es que se generan redes, vinculación y se prepara de una forma real y concreta a los estudiantes para su futuro profesional.

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